Al igual que mucha gente como que están leyendo estas líneas, me encanta viajar. Además de conocer nuevos lugares y visitar a viejos amigos (y por supuesto la combinación de los dos para ir juntos a un concierto de vez en cuando), una de las razones por las que más me gusta viajar es que nos abre la mente de una manera que ninguna otra experiencia puede.
Además de eso, los vuelos de largo recorrido y las escalas en los aeropuertos nos dan el tiempo para leer cualquier cosa que queremos. Durante mi último viaje de larga distancia, me encontré con un artículo acerca de una fundación que está buscando buenas ideas que podrían ayudar al mundo y la adjudicación de la gente que las tengan. Me pareció que era una gran idea buscar buenas ideas :).
Todos hemos escuchado las historias de personas que han creado empresas, incluso sus propios imperios. Algunos de ellos podrían haber cambiado el curso de la historia o al menos la forma en que hacemos nuestras tareas diarias.
Ahora que el mundo es cada vez mas pequeño, las buenas ideas son de suma importancia. Cuando la innovación parece ser cada vez más difícil, ya que todos decimos: “no hay nada nuevo que inventar”, aún existe la necesidad de encontrar nuevas ideas, porque todavía hay cosas que necesitamos, cosas que se pueden mejorar, y los dolores que de alguna manera creamos y luego necesitamos resolver. Todo esto requiere de ideas brillantes en lugar de invenciones brillantes.
Los tecnicismos son más fáciles de tratar, sin embargo, son las ideas que son más difíciles de conseguir. Así que la pregunta principal es ¿de donde provienen estas ideas? En realidad pueden venir de cualquier parte y en cualquier momento.
Con el fin de encontrar nuevas ideas (o dejar que las nuevas ideas nos encuentran a nosotros mismos) sólo hay dos requisitos: estar abierto a verlos (o recibirlos) e identificar dónde se puede aplicarlos. Esto requiere pasión y una mente ávida que es lo suficientemente valiente como para llevarlos hasta que se encuentra su utilidad. Necesitamos la capacidad (o la audacia) de pensar lo suficientemente grande como para adaptarlos a otro lugar, o para otra situación (o la industria o el medio ambiente), o cualquier otra cosa que se pueda imaginar.
Para que surge una buena idea, no titubeas en pensar y no dudas de ti mismo. Escuchar, ver, pregunte, experimentar, viajar, y sobre todo, vivir. También, asegúrate de que tienes un cuaderno (o una grabadora de voz en el móvil) siempre a mano, porque esa gran idea no vendrá de nuevo si te escapa en ese momento. Así que vivir, no te cansas nunca de buscar grandes ideas y compartirlas con el mundo.