Como embajador de Les Roches Marbella es un placer compartir con vosotros las experiencias más interesantes que he tenido durante los últimos seis meses de prácticas en Zúrich, en el departamento de F&B (Alimentos y Bebidas) del lujoso Hotel Steigenberger Bellerive Au Lac.
Hay mucho que podría compartir, sin embargo, para hacer esta entrada lo más corta y amena posible, quiero reflexionar brevemente sobre las tres experiencias más importantes que he tenido: mi equipo de trabajo, mi relación con los clientes y las principales tareas del día a día que realicé en el hotel.
Durante los primeros días en el departamento de F&B se centró en la introducción a mi nueva área de trabajo e ir conociendo a todo el personal del hotel. Me ha encantado trabajar con tantas nacionalidades diferentes. Había alemanes, suizos, somalís, croatas, albanos, portugueses, franceses y muchos más. Sentí que las diferentes culturas tenían distintos puntos de vista a la hora de definir la hospitalidad. Pero todos compartían una mentalidad común: “El cliente es el rey”.
Uno de mis compañeros trabajaba diariamente conmigo para ayudarme a desarrollar mis habilidades de servicio y atención al cliente. Esta atención personal me permitió lograr un nivel de profesionalidad excepcional en tan solo 6 meses. Debo decir también que he aprendido mucho, tanto como personal como profesionalmente. Con todo esto me siento muy agradecido con mi equipo de trabajo durante estos seis meses de prácticas, y gracias a ellos he tenido la oportunidad de disfrutar de mis primeros pasos en el gran mundo hotelero. Es curioso, porque a la hora de reflexionar sobre lo que acabo de contar, parece como si yo hubiera sido su invitado, ellos me dieron la bienvenida con gusto a su mundo del hotel.
Con un equipo tan profesional, yo podría comprometerme plenamente con los invitados. Fue un buen reto el atender a tantos perfiles de clientes diferentes: Los de negocios, gente mayor, familias e incluso personas que requerían tratamiento médico fuera de su casa. Cada uno de ellos tenía diferentes preguntas y deseos que tenía que responder y cumplir. Ya fuera dando instrucciones para la próxima reunión de negocios de unos banqueros, o ayudar a una anciana a volver a su habitación, yo estaba allí para proporcionar ayuda y apoyo. En otras palabras estaba practicando el arte del “hospitality”. Al cabo de un tiempo, disfruté de una buena reputación entre los invitados y por supuesto me sentí muy orgulloso cuando una familia canadiense me dio un reconocimiento especial y marcharon alegremente después de su estancia con nosotros. Los pequeños detalles como este me motivaron a seguir superándome cada día.
Al final el huésped se convirtió en la parte más importante de mis deberes diarios y, por lo tanto, ellos siempre fueron la prioridad. Como aprendí en Les Roches Marbella y al igual que con todas las diferentes nacionalidades en el hotel: “El cliente es el rey”.
Trabajar por la mañana en el buffet significaba no solo servir a los invitados sino cuando pedían un café procurar que fuera su preferido y que estuviera preparado exactamente como lo querían, sin excepciones. Después del desayuno en el buffet, a las 10:30 volvíamos a montar todo el restaurante para el almuerzo. Durante el almuerzo el restaurante también daba la bienvenida a una gran cantidad de clientes externos y aunque aumentaba el número de personas, la hospitalidad y servicio tenía que seguir siendo personal. Todo comenzaba con recibir a los invitados, sentarlos, distribuir las cartas y servir sus bebidas. Seguido les ofrecíamos las mejores degustaciones, entrantes, platos principales y postres caseros. Todos los días a las 18:00 comenzaba la “cena a la carta”. Hasta pasada le medianoche ofrecíamos la misma calidad de servicio que durante el desayuno. Los clientes no esperaban menos y con el servicio se combinaba el ambiente acogedor de cenar a la orilla del lago de Zúrich lo que lo hacía una experiencia inolvidable. Al acabar la cena, cada noche tenía que hacer la caja y cerrar el restaurante. Paralelo a estos deberes diarios teníamos que controlar de forma simultánea las conferencias, bodas, exposiciones y reuniones de negocios.
Para concluir mi primera entrada en el blog, me gustaría decir que Les Roches Marbella forma una parte crucial de mi primera práctica. De forma metafórica: Yo soy el niño que dio sus primeros pasos en el mundo hotelero y Les Roches Marbella me ayudó paso a paso a iniciarme en ello. Ahora estoy caminando y para el final de mi educación en Les Roches espero no correr sino volar.
¡Gracias por leer mi blog!